Las personas en Italia deben estar en casa por quince días para evitar contagios de coronavirus. ¿Pero qué sucede con los sin techo y las personas sin hogar? Precisamente, el papa Francisco invitó hoy a no ser indiferentes ante del dolor de los pobres y ha enviado 100.000 euros a la Cáritas del país para apoyar los servicios esenciales para los infectados más vulnerables, según informó el Vaticano.
El Departamento para el Servicio Integral de Desarrollo Humano de la Santa Sede entregará la donación del Papa a la Caritas italiana y está destinada a apoyar comedores, dormitorios, centros de escucha y acogida… es decir, aquellos servicios esenciales que la diócesis y las parroquias brindan diariamente en Italia a los pobres y a los más necesitados.
Al gesto del Papa, Cáritas Italiana hizo un llamado “a la solidaridad invitando a apoyar -directamente o a través de ella- las iniciativas e intervenciones específicas de las Diócesis y Cáritas locales en favor de cada vez más personas en dificultad y en condiciones precarias”. Efectivamente, el virus ha puesto de rodillas la economía italiana ya en crisis desde 2008.
El Papa además de rezar por los pacientes de Covid-19 en la misa de Casa Santa Marta en streaming live, ha pedido a las personas no ser indiferentes pesando a ellos mismos durante esta Cuaresma, mezclada con la cuarentena obligada. En Italia se ha procedido al cierre de tiendas y locales, excepto farmacias, supermercados y otros servicios esenciales.
“Tal vez estamos preocupados hoy, aquí, en Roma, porque ‘parece que las tiendas están cerradas, tengo que ir a comprar eso, y parece que no puedo ir a pasear todos los días, y parece que…’: preocupados por mis cosas. Y olvidamos a los niños hambrientos, olvidamos a esos pobres en las fronteras de los países, en busca de libertad, a esos migrantes forzados que huyen del hambre y de la guerra y sólo encuentran un muro de hierro, un muro de cable espinado, un muro que no les deja pasar”.
Por eso, Francisco remarcó que la indiferencia niega el dolor de los pobres. “Sabemos que existe esto, pero al corazón no llega…Nosotros vivimos en la indiferencia: la indiferencia es este drama de estar bien informados, pero no sentir la realidad de los demás. Esto es el abismo: el abismo de la indiferencia”, afirmó.