El papa Francisco, como corresponde protocolarmente, aceptó la renuncia de monseñor Joaquín Mariano Sucunza, quien el 15 de febrero pasado cumplió 75 años, llegando así al límite de edad para ejercer funciones, pero decidió extenderle, en un principio, por dos años su condición de obispo auxiliar de Buenos Aires, por lo que seguirá aportando su incansable esfuerzo a la Curia Metropolitana y a la Iglesia en gral..
En un gesto con mucho de reconocimiento a la transparencia, honestidad y compromiso con la tarea encomendada por la Iglesia, el Sumo Pontífice, a través del Nuncio Apostólico, en una misiva de contundente respaldo le pide que continúe en su cargo a Mons. Joaquín, su ex compàñero y colaborador directo en su etapa de Cardenal Primado de Argentina.
Es vox pópuli en el ámbito eclesial el profundo afecto y entrañable amistad de muy larga data que une a Francisco con Sucunza, quien es definido por los más sensatos de sus pares, como uno de los hombres de mayor confianza del Papa. Los curas villeros y las congregaciones religiosas mantienen un permanente contacto con el Vicario gral y ecónomo de la diócesis porteña, siempre agradecidos de su asistencia y respaldo en los proyectos inclusivos referidos a oficios para inmediata salida laboral, educación, salud, cultura y deportes, en las periferias argentinas.
Esta determinación de Francisco, asegura la continuidad de la acción pastoral de la iglesia católica para una comunidad con más espacio para todos.